Jacobo Hey Paoa “Los Pascuenses Tienen Mucho Resentimiento”
Por Deborah Con K. y Arturo Prado P.
Abogado y ex gobernador de Isla de Pascua, con una vida hecha a pulso gracias al esfuerzo y la capacidad personal, explica que los isleños no tienen un sentimiento de antichilenidad, sino frustración por su falta de representación parlamentaria y por la lenta restitución de las tierras que ancestralmente les han pertenecido.
Jacobo Hey Paoa entra acalorado en las oficinas del Colegio de Abogados. Después de una ardiente tarde de trámites en el centro de Santiago, sin duda se echa de menos el clima templado de Isla de Pascua, cuya temperatura promedio es de 20º. Alto, delgado, moreno, con típicos rasgos polinésicos, impecablemente vestido, este abogado de 57 años (separado, tres hijos), Secretario del Tribunal, Notario y Conservador de Bienes Raíces de la Isla, es una armónica mezcla de modernidad y cultura ancestral. Con su español que a ratos evidencia que no es su idioma natal, dispara ideas y comentarios con la velocidad de una ametralladora y con la seguridad de quien sabe cómo apuntar al blanco, que en este caso es, por supuesto, mejores condiciones para el pueblo Rapa Nui.
Hijo de madre y padre pascuenses - su papá era obrero en el fundo ganadero de la Agencia Williamson Balfour, antigua concesionaria de la Isla.
Viajó por primera vez al continente a los 13 años, en el mítico transporte “Pinto” de la Armada. Se demoró 7 días en llegar y, como recuerda hoy, la adaptación a la vida de Santiago fue muy difícil:
- Especialmente por el idioma, porque no hablaba español - explica-. No entendía absolutamente nada. Además, por el atraso que traía me matricularon en una escuela experimental de enseñanza básica y era todavía más difícil para mí, por los experimentos que se hacían.
Después de ingresar a la Escuela Normal José Abelardo Núñez se tituló de Profesor Normalista y regresó a la Isla. Llegó a ser director de la escuela, pero luego fue trasladado al continente y en 1974 comenzó a estudiar derecho en la Universidad de Chile. Hizo un Magíster en Derecho del Trabajo y Seguridad Social y el Rotary Club le concedió una beca de intercambio a Chicago, en Estados Unidos. En 1983 volvió a la Isla, de la cual fue gobernador durante 11 años, en gobiernos de la Concertación, y se destacó por su aporte en la elaboración de la Ley Indígena 19.253 y su posterior modificación, en relación al proceso de restituir tierras a los integrantes del pueblo rapa nui.
- Era Secretario del Tribunal, Notario y Conservador de Bienes Raíces, un cargo que está unificado y debe ser uno de los pocos del país, cuando el presidente Aylwin me pidió que fuera gobernador. Yo le había dicho mis limitaciones, por ejemplo que no tenía partido, y en principio no acepté, pero él me llamó personalmente y me dijo “yo se lo pido en su calidad de Rapa Nui”, entonces no pude negarme. El presidente Frei me pidió que lo acompañara otros seis años más, después estuve un año en el gobierno del presidente Lagos y me retiré. Me fui como notario a Quintero, pero no me acostumbré y volví a la Isla, al mismo cargo que tenía antes y que en la actualidad ejerzo.
Como buen pascuense, su hobby es la pesca. La tranquilidad de la isla no la cambia por nada, a pesar que ha viajado por lugares tan diversos como Estados Unidos, Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda. De Chile, sin embargo, sólo conoce Santiago y Valparaíso, aunque su propósito era, una semana después que realizamos esta entrevista, viajar al sur, para conocer Puerto Montt.
“ QUEREMOS SER CHILENOS”
- Cuándo usted era niño ¿con qué frecuencia llegaban a la Isla los barcos de la Armada? -Viajaban una vez al año, que para nosotros era el momento de contacto con el mundo, pero además había ciertas restricciones para que los rapa nui visitáramos el continente. En ese tiempo la gente no hablaba el español, porque nuestro idioma original es el rapa nui. Había una escuela pública, de una congregación de monjas de Boroa, pero el contacto con gente del continente era escasísimo, sólo con funcionarios de la Armada. Tampoco había radio ni televisión.
- ¿Una de las razones de las restric-ciones de viaje podría ser temor a que los isleños portaran lepra? - La mayoría de la gente piensa eso, pero yo creo que es sólo una parte. Con los años he analizado bien el tema. Quiero interpretar que se debía especialmente a la natural preocupación de parte de las autoridades de la isla, y especialmente del padre Sebastián - sacerdote de origen alemán que realizó una importante labor en Pascua-. Ellos querían que los isleños no llegaran tan desprovistos de la capacidad necesaria para insertarse en una realidad muy distinta.
- ¿Ustedes se sentían chilenos? - No, porque cuando Chile tomó posesión de la Isla de Pascua, en el fondo entregó la administración a la Williamson Balfour, empresa que creó la Compañía Explotadora de la isla y dejó a un subdelegado que era el oficial civil. Esta empresa no tenía una administración eficaz, lo que le importaba era su negocio y en consecuencia no eran muy respetadas las autoridades nacionales.
- ¿Cómo se sancionaba si había un delito? - Existía una especie de lugar de detención y el gobernador militar administraba justicia y además era juez. Las sanciones se imponían de acuerdo al código de la Armada. Autoridades de Rapa Nui servían de nexo con las autoridades formales, pero algunos reclamaban porque había penas de azotes y otras, que existieron en nuestro país hasta 1937. No había fallos, solamente resoluciones que eran sumarios tramitados por la Marina.
-¿Había un sentimiento de anti-chilenidad? - No, creo que en muchos casos esto es más un problema de resentimiento: los pascuenses tienen mucho resentimiento. Por ejemplo, la gente compara la isla con Francia y otras posesiones de la Polinesia. No sé si es justa esa comparación, pero ellos dicen que los franceses tomaron posesión de la Polinesia y la incorporaron a la Asamblea Nacional francesa. Tienen un diputado, un senador y un gobierno autónomo. Aunque sigue siendo colonia francesa, posee todas las carteras, menos las de relaciones exteriores y defensa, además un estatus especial y un gobierno territorial. Esto los rapa nui lo identifican con el problema de la autonomía, que no es un tema de la Isla, sino nacional. Hoy día están pidiendo que los representantes en el Consejo Regional de Valparaíso, sean elegidos en forma democrática y que también los intendentes sean elegidos. Creo que ha sido un error garrafal de los sucesivos gobiernos no haber satisfecho estas demandas.
- Como gobernador de Isla de Pascua ¿qué hizo usted al respecto? - En los gobiernos que me tocó participar yo hice presente esta necesidad, incluso hay en el Parlamento un acuerdo de todas las bancadas para legislar sobre el tema. ¿Qué piden los pas-cuenses? Dicen “nosotros queremos ser chilenos, queremos pertenecer”. Pero desean una participación de verdad, con diputados, con un senador. Porque el diputado y el senador de Valparaíso que representan a nuestro distrito están a 3.700 kilómetros, muy lejos. Y la realidad ha demostrado que la defensa de los proyectos la hacemos mejor nosotros. ¿Qué más signo de pertenencia que un parlamentario sea elegido por los rapa nui?
- ¿Qué medidas se han tomado a lo largo del tiempo para enfrentar esta situación? - En 1966, a raíz de las dificultades con la administración de la Armada, empezó una especie de inquietud y surgió la necesidad de establecer una legislación especial. En la presidencia de Frei Montalva se creó una ley que elevó a Isla de Pascua de la categoría de Distrito 25 de Valparaíso a Departamento. Por primera vez se nombró un gobernador civil y se dispuso un sistema judicial con normas particulares para fomentar en desarrollo, como exención tributaria. Una norma que debería haberse dictado 100 años atrás, se dictó recién en 1966.
FRUSTRACIÓN - ¿Por qué uno de los temas más conflictivos en Pascua es la posesión de la tierra? - Se debe a que cuando Chile toma posesión de la Isla de Pascua no regulariza el tema de la tierra, sino que lo incorpora en virtud del artículo 590 como tierra del Fisco, sin reconocer a los particulares, que son los legítimos dueños. En 1916 un francés, Enrique Merlet, adquirió unas tierras subrepticiamente y pretendió inscribir la Isla de Pascua a su nombre. Hubo un juicio que culminó en 1933 y el fallo se resolvió a favor del Fisco, que inscribió la Isla formalmente a su nombre. En 1966, cuando se crea el Departamento de Isla de Pascua, se establece el Conservador y se ordena la reinscripción a nombre del Fisco. El legislador le dio un plazo de 6 meses al Presidente de la República para dictar un reglamento y regularizar la posesión de las tierras, pero solamente en el gobierno militar se dictó un decreto que regularizaba las propiedades que estaban en manos de rapa nui, a contar de 1981. Fundamentalmente, la gran frustración de la gente es que no se les ha devuelto sus tierras.
-¿Qué otros factores inciden en el resentimiento del pueblo pascuense? - Un tema importante es la representación electoral. Sería muy positivo que se estimulara una política para legislar sobre ello. Hay un acuerdo de todas las bancadas, pero aún no se ha legislado. Lo que se ha planteado en el proyecto de reforma constitucional, entre otras materias que son de interés nacional, es la posibilidad de que se creen zonas especiales de administración en la Isla. Permitiría, por ejemplo, plantear derechamente el tema de la inmigración, que le preocupa mucho a la gente, porque están llegando muchas personas de afuera, que están vinculadas con gente de Rapa Nui que se casaron con nativos.
- ¿Las ven como un aporte? - No siempre, hay que entender la reacción de un ser humano cuando van invadiendo sus territorios y sus espacios. Pensemos que el año 90 llegaban a Isla de Pascua aproximadamente 3 mil turistas, hoy lo hacen cerca de 28 ó 29 mil. Ya no estamos aislados, tenemos radio y televisión, y a contar de enero de 2006 llegarán cinco vuelos semanales de Lan.
-En lo personal ¿usted tiene resen-timiento? No, no tengo ningún resentimiento hacia Chile. Pero durante mi gestión vi este fenómeno y lo plantié al gobierno. El gobernador y el alcalde son rapa nui, también la mayoría del Consejo y de la Comisión de Desarrollo. Hay una participación en la gestión, pero como le decía recién, la falencia está en la representación parlamentaria. Se requiere mayor atención de las autoridades centrales hacia la Isla de Pascua.
PREPARARSE PARA NO VOLVER - ¿Hay diferencia entre la idiosincrasia pascuense y la chilena continental? - Sí, el aislamiento produce una situación especial. Segundo, nuestro origen es polinésico, tenemos costumbres distintas que también van marcando modos de actuar, de plantear las inquietudes y los valores. La mayoría de los pascuenses, estén dónde estén, quieren volver a la isla. Allá la gente es más franca, más directa, más alegre. También hay una gran libertad, se vive en la naturaleza, con pocos controles.
- ¿Qué porcentaje de jóvenes rapa nui alcanzan a llegar a la Universidad? - Desde hace cerca de 10 años estamos implementando un sistema de becas, así es que hay un número importante de los que egresan, cerca de un 70%, que estudia en universidades e institutos. Hoy día las posibilidades de educación de la gente de Rapa Nui son buenas, pero tienen muchas dificultades, como todas las etnias que vivimos en el continente.
- ¿También los jóvenes quieren volver a la isla? - Sí, también ellos quieren regresar. Ese es un problema importante que en el futuro se deberá resolver. No es un asunto fácil, pero va a llegar el momento en que será necesario decirles a los jóvenes que deben prepararse para no volver a Isla de Pascua. En Rapa Nui, por ejemplo, no pueden haber 20 abogados. Habrá que estimular y orientar a los jóvenes para que entiendan que por su futuro personal deben quedarse en el continente, que el campo en Pascua es limitado y no que aspiren a regresar.
- ¿Qué siente un rapa nui en el continente? - Se sienten como los provincianos cuando enfrentan el ambiente santiaguino. Yo diferencio, sí, entre la forma en que se ve a un rapa nui, como algo curioso, hasta simpático, de la manera en que se mira a los hermanos mapuches, en que derechamente hay discriminación. Pero nosotros no estamos exentos de discriminación.
- ¿Cuántos abogados ejercen en Isla de Pascua? Además de mí, tenemos otros 8 abogados, pero no dedicados al ejercicio libre, porque no tienen posibilidades. Por eso están insertos en la administración pública: dos en tribunales; el defensor; dos en la Corporación de Asistencia Judicial; dos fiscales; otro abogado en la Conadi. Por el volumen de trabajo, no hay cabida para que se instale una oficina de abogados, un abogado dedicado al ejercicio particular no podría sobrevivir.
- Finalmente ¿cuál es su opinión sobre la pertenencia a colegios profesionales? - En el mundo de hoy es necesario que exista una cohesión desde el punto de vista profesional y que los colegios ejerzan una fuerte tuición ética. Así, por ejemplo, lo han entendido los médicos, que en la actualidad ven la necesidad de colegiarse firmemente. Y también en el caso de los abogados lo considero de la mayor importancia. Agradecemos la colaboración de los abogados Alvaro Durán y José Domingo Rivera.