Diario El Mercurio
Viernes, 26 de octubre de 2012
Cartas A propósito de la constatación que el abogado Arturo Fermandois hace en carta a El Mercurio, en que acusa las demoras en el funcionamiento de la actual justicia civil y celebra la reforma que está promoviendo el Ministerio de Justicia, quisiera dar cuenta de los avances alcanzados en el Congreso Nacional, a poco más de dos meses y medio de iniciada la discusión parlamentaria del Nuevo Código Procesal Civil. Destacar, primero, el carácter marcadamente participativo que ha tenido la tramitación de este proyecto. Las discusiones e indicaciones alcanzadas permiten arribar a un texto mejorado, mérito del esfuerzo mancomunado de los parlamentarios, académicos, abogados y representantes de diversos centros de estudio, que se dan cita semanalmente en la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados. Con los más de 100 artículos revisados hasta ahora, creemos estar en condiciones de augurar que el proceso civil estará gobernado por principios como la oralidad, la publicidad, la igualdad de oportunidades de las partes en litigio, la inmediación, la continuidad y concentración, entre otros. ¿Qué tipo de jueces tendremos? No meros observadores, sino unos con un rol protagónico en el conocimiento de los asuntos y en la corrección de eventuales desigualdades entre las partes. Para ello, se entregan facultades oficiosas a nuestros jueces para la dirección e impulso del procedimiento, de modo de evitar su paralización y conducirlo sin dilaciones indebidas a la justa solución del conflicto. Y de las partes, ¿qué cabe esperar? Nuestro nuevo modelo de justicia requiere también partes que se conduzcan de buena fe durante el proceso y que coadyuven a llevar a término el conflicto. Por eso, hasta ahora, hay acuerdo en que el nuevo Código no debe dejar espacio para litigantes inescrupulosos, para la mala fe procesal, para el abuso del proceso. De ahí que se regule especialmente, en uno de los títulos del Libro Primero, la responsabilidad de las partes y apoderados. Éstas y otras cualidades del Nuevo Código Procesal Civil, como el registro desmaterializado que se formará para cada causa o la posibilidad de proponer nuevas vías de notificación, distintas de las que regula específicamente el proyecto, nos permiten adelantar que los procesos civiles del mañana serán más rápidos, modernos, transparentes, pero, sobre todo, más justos que los que tenemos hoy día. Estamos confiados en que las normas hasta ahora aprobadas nos acercan un poco más a los elevados estándares de justicia que queremos para nuestro Chile. Teodoro Ribera Neumann Ministro de Justicia |