Diario La Tercera
Miércoles, 4 de abril de 2012
Opinión Recientemente ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que somete un nuevo Código Procesal Civil a la aprobación del Congreso Nacional. Con la presentación de esta iniciativa en sede legislativa, se da inicio a un trabajo que comenzó el 2005 en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, en el cual han participado diversas universidades, académicos, abogados, jueces y funcionarios del Ministerio de Justicia. En este proceso se discutieron y elaboraron las bases de un nuevo sistema procesal civil, y luego el proyecto mismo del Código Procesal Civil. Resulta indispensable que esta labor sea sometida a discusión y aprobación en un plazo breve para dar satisfacción a diversos requerimientos. La reforma del sistema procesal civil es una necesidad compartida por distintos estamentos de la sociedad, situación que refleja el sentimiento ciudadano en la materia. En un mundo globalizado resulta imprescindible contar con un sistema eficiente, transparente y moderno para la resolución de conflictos civiles y comerciales, pues de lo contrario no será posible cumplir con los parámetros de organizaciones internacionales en la materia, como la Ocde. Además, la legislación procesal civil es supletoria de las restantes. Actualmente esto no es posible si el antiguo proceso civil está inspirado en principios del siglo XIX, muy distintos a los que obedecen los modernos procedimientos orales que rigen hoy en nuestro sistema procesal penal, de familia y laboral. La pronta y cumplida administración de justicia, la que sólo puede ser brindada por procedimientos orales eficientes, es la única forma de garantizar la existencia de un debido proceso para la solución de los conflictos. Una sociedad democrática no es aquella en que se reconocen derechos, sino aquella en que se protegen esos derechos cuando son desconocidos. No debemos olvidar que una justicia que actúa tardíamente importa una justicia que se deniega. Por ende, el Código Procesal Civil es una piedra fundamental para la construcción del nuevo sistema de justicia civil. Sin embargo, faltan otros cuerpos legales, como la ley de arbitraje, medios alternativos de solución de conflictos, asuntos judiciales no contenciosos, leyes de modificaciones orgánicas, leyes adecuatorias, entre otras, sin perjuicio de la designación de nuevos jueces, capacitación e instalación de tecnologías adecuadas. Un nuevo sistema procesal requiere de un Poder Ejecutivo que lo promueva, un Poder Legislativo que la apruebe y un Poder Judicial que lo aplique una vez aprobado. En este sentido, existe confianza en que están dadas las condiciones para que todo esto pueda ocurrir. En una sociedad democrática moderna proyectos trascendentes para el país no pueden más que ser apoyados por las universidades como generadoras de ideas, por los empresarios para la protección de sus derechos, por los ciudadanos para la adecuada existencia de los derechos fundamentales, y en general por todos, dado que el proceso constituye la garantía para gozar con un eficaz y eficiente estado de derecho. En consecuencia, la presentación del proyecto de Código Procesal Civil supone sólo un paso, pero de trascendental importancia para alcanzar la meta de establecer un nuevo sistema procesal civil. Crisitán Maturana
Director del Departamento de Derecho Procesal
de la Universidad de Chile |